Estaba investigando sobre mujeres mexicanas que han dejado huella (ya que estamos en el mes patrio) y vaya que hay una lista eterna de mujeres que han marcado la historia de México, pero en mi búsqueda encontré un artículo que atrapó mi atención.
Antes de contarles de qué se trata… ¿Recuerdan cuando sus mamás las vestían de “adelitas” para el festival de la escuela? No sé ustedes pero yo por lo menos en el kinder y parte de la primaria sí bailé: “La Adelita”, “La Valentina” y “Marieta” con trencitas y falda floreada…ya saben todo el look de revolucionaria.
Mi sorpresa fue descubrir que aquellas mujeres ¡si existieron! Pensé que sólo eran canciones de la época y ya. Viví engañada toda mi vida, así que les comparto la información que encontré para que sepan un poco más acerca de estas mujeres muy revolucionarias.
Nació en 1900 en Chihuahua, y estudió enfermería en un curso sencillo gracias a la ayuda de su abuelo, quien ayudó también a Benito Juárez en su camino a Paso del Norte. El abuelo de Adelita se encargó de que fuera una mujer criada muy por encima de las costumbres de la época. La enseñó a montar, disparar, cocinar y alimentar a la tropa revolucionaria . Por supuesto con los conocimientos de enfermería que tenía, su presencia en batalla era más que importante.
En el corrido se narra un poco acerca de la valentía de Adelita y sobre la admiración que sentía Pascual Orozco (general del ejército) por ella, ya que después de cada enfrentamiento era la responsable de curar y asistir a cada uno de los soldados.
Originaria de Oaxaca, su nombre real era Carmen Rubio. Trabajaba en un centro nocturno de la época, (último período del siglo XIX) algo así como un cabaret y era famosa por su voz, voluptuosidad y su increíble pensamiento sobre la libertad, el sexo y el amor. Creo que para la época era todo un suceso que una mujer mexicana hablara de esos temas. Ya me imagino la cara de los hombres mientras Marieta daba su show y hablaba sobre el pensamiento liberal.
Por ello la frase de la canción: “Marieta, no seas coqueta”. Según la historia usaba sus atributos como una herramienta de seducción para sacar información vital que ayudara al ejército a vencer batallas. Supongo que en esa época ya empezaban algunos movimientos de liberación femenina en México donde la mujeres podían ser partícipes de manera activa.
Nació en 1893 en Sinaloa, ¡ésta mujer de plano es mi heroína! Se vistió de hombre para poder estar al frente en una batalla, consiguió una carabina 30-30, se colgó las cartucheras en el pecho, ocultó sus trenzas con un lazo tricolor y se lanzó a la batalla en el puente Pumarejo. Después de ese acto heroico le dieron el grado de teniente. No puedo creer que en esa época una mujer fuera la líder de un centenar de hombres.
Apuesto que quedaste más que sorprendida con estos datos. Me parece increíble que mujeres de aquella época hayan desafiado y roto totalmente con las costumbres tan duras de ese siglo. Así que la próxima vez que escuches estos corridos mexicanos, le encontrarás más sentido a la letra y por supuesto sabrás toda la historia que hubo detrás.